jueves, 19 de mayo de 2016

Puenting

Un día antes de la boda:
-¿Te puedo contar algo? Creo que eres el único que podría entenderme en este momento.- Caminábamos de Larcomar al parque Kennedy, él notaba mi angustia y probablemente también los latidos de mi corazón acelerando más y más. -Cuéntame- Me dijo.
-Bueno, quería contarte como me siento, es un sentimiento nuevo y no lo entiendo. No pensé que tenía miedo, pero me re-cago de miedo-. Él sonreía aguantando una carcajada (le encanta cuando digo jergas en español) -Siento que soy la primera en la fila, justito al borde del puente, a punto de tirarme para hacer puenting. Y atrás mío hay unas 150 personas que no me van a dejar irme sin hacerlo. -¿Estoy yo entre esas 150 personas?- Me preguntó. -Mmmm bueno, no, tu estás a mi lado..Supongo. Simplemente tengo ese miedo a saltar, y por saltar quiero decir casarme. Y aunque sé que después postearé todas las fotos habidas y por haber y que no dejaré de hablar de lo valiente que fui por tirarme del puente y será la mejor experiencia de mi vida y todas esas cosas que ahora no me importan por que me cago de miedo, tengo esa voz interna que mira al precipicio y dice -Nope. Not happening. No es para mi-
-Bueno linda si te sirve de algo, yo voy a saltar contigo- Y me tomó de la mano mientras nos sentábamos en una banca del parque. Sus manos tibias y grandes son lo más cercano que tengo a un calmante.
-Ok Jack, muy romántico todo, pero así entre amigos que somos, ¿Enserio no tienes miedo? Imagínate, nunca más primeras citas, mariposas en el estómago, primeros besos, primeros mensajes de texto, primeros "hola guapa, te invito ese trago" en las discotecas, nunca nada más de eso! Y somos bien fucking guapos, ¿me entiendes? No será fácil. -Espera un momento... Nadie me mencionó eso, quiero leer nuevamente el contrato- Bromeó. No aguante la risa, me abrazo como solo él sabe hacerlo y me rompió el miedo, literalmente me dio paz. -Te prometo que tendrás más primeras veces que toda la gente soltera del mundo, conmigo- No tuve que preguntar más, mi alma y sus ojos sellaron el trato.

Esa misma noche fue nuestra cena de ensayo, llegaron amigos intimos y nuestra gran familia. Fue una noche estupenda, todos lloramos hasta el cansancio, llorábamos de felicidad. Se supone que  todos teníamos que decir algunas palabras, yo empecé porque siempre me he creído la más machita: "Gracias a todos por acompañarnos..." y rompí en llanto. No pude ni decir una palabra más. Él me agarró la mano y continuó, para sorpresa mía, no lloró, aunque le sudaban las manos y le temblaban los lábios. Después fue el turno de nuestros papás, mamás y hermanas. Lloramos todos aún más. Nunca había llorado tanto de emoción. Nos despedimos todos felices después de coordinar la entrada a la iglesia, estaba cansada y más nerviosa aún.

Llegando a Miraflores, teníamos dos cuartos juntos en un hotel cerca al mar (para no romper la tradición de las bodas). Como era de esperarse, a las 2am me pasé a su cama y lo abracé lo más fuerte que mis 55 kilos hicieron posible. -¿Todavía tienes miedo?- Me preguntó entre dormido y despierto. -No, me estoy asegurando de que no te escapes.- Reímos y nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente, el día de la boda, justo antes de que suene mi alarma a las 7:30AM me despertó su llanto. Volteé a verlo y el se cubrió la cara. Llorába desconsoladamente. Lo abracé fuerte cómo a un niño pequeño y me dijo -No sé por qué lloro, no entiendo que me pasa- Al parecer yo había agotado todas mis lágrimas nupciales un día antes. -Levántate y ponte churro que me han dicho que te casas- Salimos y nos despedimos a las 10:00AM -Te veo en el altar, no llegues tarde- Me dijo.

A la 1:00PM empecé a alistarme, mi hermana me acompañaba. Yo era una maraca de nervios, le escribí: -Hola- Él me conoce, me respondió: -Hola nena, no puedo ni imaginar lo bella que estás, cuando llegues al altar piensa en mi y sólo mírame a mi, soy tu roca recuerdas? te mando un abrazo, nuestro *abrazo de 20 segundos- Nunca nadie me había transmitido tanta paz y equilibrio. Tener paz es indispensable para ser feliz, *Nos abrazámos por 20 segundos cuando nos estamos desmoronando por dentro, así nos juntamos, nos pegamos y nos sellamos internamente. Me tranquilicé.

Llegada la hora, masomenos a las 7:07PM, entré a la iglesia. Intentaba buscar su mirada pero yo estoy ciega, no veo de lejos. Así que me enfoqué en no caerme, mi vestido largo de princesa no ayudaba. Tengo que agradecer a mi mamá por llevarme al altar y no dejar que me caiga. Finalmente cuando estuve lo suficientemente cerca como para buscar su mirada, él era un mar de lágrimas. Sentí ternura. Lo agarré de la mano y le dije -¿Qué tal una agarrada de mano de 20 segundos? o nos esperamos hasta que el Padre nos de la paz.- Sonrió. Yo no podía creer lo tranquila que estaba. -Creo que me has dado toda tu paz, compañero. Eres realmente bueno en eso.-

Mi esposo es mi mejor amigo. No importa lo que pase afuera, siempre encontraré paz al llegar a casa. Él es mi equilibrio (que tanto he necesitado desde que nací) y mi mayor soporte.