Desde que mi hermano menor me contó en sueños que siempre nos volvemos a ver y amar, siempre.
Mi interés por la reencarnación creció en un cien por ciento y me dediqué a leer -y aún sigo- casi todos los libros del médico psiquiatra Brian Weiss, veterano en regresiones y progresiones.
Con una serie de testimonios, estudios científicos y más pruebas concretas, nos explica el porqué tenemos "presentimientos", dejavus, o porque es tan común el "siento que ya he estado aquí". Venimos al mundo infinitas veces y nuestras almas son inmortales. Pero definitivamente, la parte que más me cautivó de estos libros y ensayos, es especialmente la que relata el libro "Muchos cuerpos, una alma": "Las personas que amamos y son importantes para nosotros en esta vida, fueron y lo seguirán siendo por el resto de todas nuestras existencias físicas. Es decir, siempre regresamos a nuestro mismo medio y con nuestra misma familia, nuestros mismos amigos, la misma gente que se nos cruzó en el camino de alguna forma."
Realmente suena increíble y fascinante, pero hasta que no lo compruebes por ti mismo, no lo creerás. Bueno, después de hacer un recuento de todos mis presentimientos, dejavus y muchísimos extraños sucesos que siempre me han ocurrido desde niña, luego de conocer a un médium en una de las terapias de mi mamá y después de leer y estudiar la regresión, por fin pude hacerlo sola. Todos reconocen que mi mamá y yo tenemos una relación muy especial, como toda madre e hija peleamos, pero siempre nos necesitamos. Nos amamos con locura incontrolable y nos entendemos sin decir palabras.
De las veces que me vi a mi misma en mis otras vidas, con otro rostro, a veces de hombre y siempre con rostros diferentes, descubrí dos cosas: Mis ojos nunca cambiaron y ella siempre estuvo a mi lado, amándome. En una vida fuimos mejores amigas, hijas de dos vecinas en el sur de Francia, corriendo siempre juntas y compartiendo cada una de las etapas de nuestras vidas, hasta bautizamos a nuestras hijas el mismo día. En otra vida fui su esposo, vivíamos en el campo y ella estaba esperando a nuestro hijo, éramos muy felices. En otra vida fue mi abuelo, y yo era un niño de 9 años que enloquecía por sus historias, trucos y juegos. En otra vida fuimos gemelas, siempre siempre juntas y hasta podiamos hablar sólo en nuestras mentes. En otra vida fui su mamá, haciéndola dormir porque ella aún era una bebe, pero me miraba con esos ojos grandotes que me contaban un secreto "Sabes quien soy? Si, nos vemos otra vez, a empezar de nuevo y a amarte más"
En fin, siempre has estado a mi lado, con el mismo amor y complicidad.. Feliz día alma gemela, que alegría saber que estaremos juntas por toda la eternidad. Ya ni tengo miedo a morirme, es más, no puedo esperar por saber quienes seremos la siguiente vez :)